arraigada en el compromiso del pacto. Eso es lo que crea el contexto de un matrimonio libre de vergüenza, y no su belleza perfecta. Considere una segunda posibilidad de por qué estaban desnudos, pero no avergonzados. En mi opinión, el énfasis no está en su libertad de imperfección física sino en la plenitud del amor de pacto. Es decir, puedo liberarme de la vergüenza por dos razones posibles: Una razón concebible (pero irreal) es que soy perfecto y no tengo de qué avergonzarme.
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